Balompié fuera de cancha
“El Flaco Cruyff dijo: Si tú cuando eres pequeño juegas muy bien al futbol, vas a ser jugador de primera división; si además de jugarlo bien, entiendes el juego, podrás llegar a ser internacional; si tú lo juegas muy mal, serás un jugador de segunda línea, y si no sabes jugar nada al futbol, seguramente serás periodista”.
La frase es contundente en boca del argentino César Luis Menotti. Y consigue cierta revancha frente a los líderes mediáticos a cuya sola voz o pluma dictan la consagración u olvido de los jugadores talentosos.
Pues a Maradona –hasta antes de adelgazarlo artificialmente– lo persiguieron y anatemizaron por sus adicciones y su rebeldía ante la FIFA, mientras que a Pelé, siempre sonriente y paciente con fotógrafos, camarógrafos y anunciantes, lo convirtieron en el crack absoluto, en tanto que otro brasileño igualmente talentoso, Garrincha, moría abandonado, alcoholizado en una alcantarilla.
Las historias del balompié abarcan mucho más que el césped de las canchas. Como la indispensable e incómoda presencia de los medios, que en Francia provocaron la renuncia inmediata del entrenador Aimé Jacquet tras ganar la Copa del Mundo por las innumerables críticas personales recibidas en los años previos, especialmente de L’Equipe, diario fundado en 1903.
Y son relatadas en el documental “Los medios de comunicación”, octavo volumen de la trecena de títulos que conforman La historia del futbol. El juego de la pasión (distribuido en México por Quality Films), escritos y producidos por Guy Oliver para la compañía inglesa Fremantle Media, que cuestiona los límites al poder que las cadenas de televisión y los medios ejercen sobre el futbol, al que volvieron el más popular del mundo.
Desde las primeras escenas filmadas de un partido en Londres en 1897 por los hermanos Lumiére, hasta los contratos de Sky para la transmisión exclusiva del Mundial por cable; y de las palomas mensajeras empleadas por los periódicos escoceses hasta le prerrogativas de la televisión para establecer los horarios así sea al quemante mediodía como en México 86.
El décimo volumen, “La cultura y el futbol” reflexiona en tanto sobre la localía de la aparentemente universal cultura del futbol, que en Ganha fue instrumento para proponer los Estados Unidos de África; en Estados Unidos ha conseguido volverlo el deporte más popular de la juventud; en Irán no pudo ser prohibido por el Islam cuando su selección derrotó a la estadounidense, y que en España ayudó a identificar al Real Madrid con el franquismo, y al Barcelona con las autonomías. (Sergio Raúl López)
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